Chevez Marianella.. Análisis de la violencia de género en Portoviejo
desde una perspectiva comparada del sistema internacional derechos humanos:
datos estadísticos del ECU 911 y la Policía Nacional (2021-2022)
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Violencia económica: Control de los recursos financieros, limitando el acceso de la víctima a dinero,
empleo o educación.
Históricamente, las mujeres han sido objeto de diversas formas de discriminación y violencia. Durante
el siglo XVIII, en el contexto del Siglo de las Luces, se establecieron los derechos del hombre y del ciudadano,
excluyendo a las mujeres de estos derechos. Este acto institucionalizó una visión desigual del género, sentando
las bases para la discriminación sistémica. Figuras como Olympe de Gouges, quien defendió los derechos de
las mujeres, fueron pioneras en cuestionar estas estructuras de poder (González, 2024).
La violencia de género constituye una grave violación de los derechos humanos, afectando el derecho
a la vida, la seguridad, la salud y la dignidad de las víctimas (Amnistía Internacional, 2024). Esta violencia
perpetúa la discriminación de género y refuerza las desigualdades entre hombres y mujeres, limitando el
acceso de las mujeres a oportunidades y recursos. La violencia de género no solo afecta a las víctimas directas,
sino que también tiene consecuencias negativas para sus familias y comunidades, perpetuando un ciclo de
violencia y desigualdad.
1.1 Contexto ecuatoriano en la lucha contra la violencia de género
La lucha contra la violencia de género ha sido respaldada por diversos instrumentos y normativas
internacionales que buscan proteger y promover los derechos de las mujeres. Entre estos instrumentos destacan
la CEDAW y la Convención de Belém do Pará, los cuales han establecido marcos legales que los Estados
deben adoptar para prevenir, sancionar y erradicar la violencia de género. Además, normativas internacionales
como la Declaración Universal de Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
refuerzan la obligación de los gobiernos de garantizar la igualdad de género y la protección efectiva contra la
violencia. Estas herramientas han influido en la formulación de políticas y leyes nacionales, como las
adoptadas en países como Ecuador, destinadas a combatir la violencia de género y proteger a las víctimas.
En Argentina, Spaccarotella (2018) señala que se ha realizado un gran esfuerzo para incorporar la
legislación internacional al ordenamiento interno, sancionando normas y aplicando políticas para la protección
de las mujeres frente a la violencia. Sin embargo, persisten desafíos significativos, como la falta de
concientización en varios entes gubernamentales de los tres poderes del Estado —nacional, provincial y local
sobre la normativa existente y aplicable. Esta falta de concientización dificulta la comprensión y el abordaje
adecuado de la violencia contra la mujer, así como la contención efectiva de las víctimas desde una perspectiva
de género.
En Guatemala, la situación es aún más preocupante. A pesar de haber ratificado numerosos tratados
internacionales, el país ocupa el tercer lugar a nivel mundial en tasas de femicidio. Reyes (2022) subraya que
la ausencia de aplicación efectiva de los convenios y leyes ratificados ha impedido la reducción de la violencia
de género en el país. Esto plantea serias dudas sobre el compromiso real del Estado guatemalteco para erradicar
la violencia contra la mujer y garantizar la protección de las víctimas.
Leonardi y Scafati (2019) coinciden en que, aunque se han logrado avances significativos en el ámbito
internacional y local para combatir la violencia de género, la interpretación y aplicación de estas normativas
sigue siendo un desafío. La complejidad de la violencia de género y los posibles sesgos de género en la justicia
afectan la protección efectiva de las mujeres que se defienden de agresiones en contextos de violencia
doméstica. A pesar de las claras obligaciones establecidas por normativas como la CEDAW y la Convención