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lado, el propio Estado debe proteger y tutelar a la población con la aplicación de una justicia con
principios de igualdad y no discriminación.
Las ideas sobre las instituciones, es necesario precisar que los Estados deben fortalecer la
Institucionalidad, para evitar el aumento de la corrupción, que la ciudadanía se sienta segura de
acudir a Instituciones del sector público, en donde encontraran un servicio de mayor y mejor
calidad, y esto a su vez genere confianza en los servidores públicos.
Goucha y Rojas (2003), manifiestan que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
se centró en examinar las nuevas facetas de la seguridad humana, estableciéndolas a partir de dos
elementos principales: libertad del miedo y libertad de necesidades. El PNUD señala que estos
dos elementos son fundamentales y constitutivos de la propia existencia de las Naciones Unidas.
En este contexto, enfatiza que no se podrá lograr la seguridad en el mundo frente a la guerra si
las personas no gozan de seguridad en sus hogares y en sus trabajos. Esta conceptualización
incluye un conjunto de peligros que se clasifican en siete categorías, que impactan diferentes
áreas: seguridad económica, seguridad alimentaria, seguridad ambiental, seguridad en salud, ,
seguridad comunitaria, seguridad personal y seguridad política.
Desde la Creación de las Naciones Unidas el 24 de octubre de 1945, se planteó como objetivo
central el de buscar mediante la cooperación de las naciones, la paz mundial, fortaleciendo las
democracias, como alternativa para la convivencia segura de la población.
La Seguridad Ciudadana en América Latina y el Caribe
Actualmente se escuchan razonamientos sobre la crisis del sistema liberal y su democracia, la
ironía radica que son las mismas Instituciones de los Estados liberales que han permitido el
incremento negativo respecto a esa tendencia, los valores populistas, liberales, xenófobos,
antinmigrantes que eran mayormente percibido en Europa y Estados Unidos de Norte América,
hoy en día también se lo puede palpar en varios países de Latinoamérica, las voces de resistencia
se han visto en manifestaciones como el caso de octubre 2019 en Ecuador y Chile, ese mismo
año también en Colombia, gobiernos autoritarios tanto de izquierda como derecha (Villanueva,
2019) han sido la causa de la desinstitucionalidad, que afecta la democracia y por ende la poca
garantía de tener una justicia independiente, a una paz y seguridad que anhela los ciudadanos.
La seguridad ha sido investigada desde varias teorías que subrayan diferentes aspectos, tales
como la seguridad vinculada a delitos, la violencia en el ámbito político, la salud, entre otros. No
obstante, es importante concebir la seguridad bajo dos enfoques: en primer lugar, como la falta
de amenazas, lo que se podría considerar un estado de seguridad total. En segundo lugar, como
una situación en la que las amenazas están neutralizadas, es decir, sentirse a salvo y contar con
estrategias para evitar situaciones de riesgo (Zedner 2003, p. 155). Además, la seguridad puede
ser entendida como una construcción social que representa una forma de “igualdad en la vida
social, un espacio que es compartido libremente por todos” (United Nations Human Settlements
Programme 2007). En el contexto de la seguridad pública, esto se refiere principalmente a no
tener temor de sufrir una agresión violenta, estar consciente de que la propia integridad será
protegida, y disfrutar de la privacidad en el hogar o desplazarse por la calle sin el temor a robos
o ataques. Con esta definición, para el análisis de este caso, se destacan dos de las dimensiones
más significativas: las amenazas asociadas al temor al crimen y aquellas en relación con el
desorden social. (Vizcarra, et al. , 2016).
Se encuentra en debate en los países latinoamericanos desde diferentes puntos de vistas y
perspectivas, por un lado, la prensa va a resaltar los hechos más violentos, y con esto juega un