Nullius: Revista de pensamiento crítico en el ámbito del Derecho
e-ISSN 2737-6125
Antonio Salamanca Serrano
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Cuadro 3: elaboración propia
El derecho de los pobres, el iusmaterialismo, regresa hoy insurgente, desafiando la tremenda fuerza de
enajenación ideológica del fetiche jurídico del capital. Sus desafíos teórico/prácticos son los siguientes:
1° La vida es la fuente última de legitimidad jurídica para los derechos humanos de los pueblos y
derechos de la Naturaleza.
Los pobres, los oprimidos, los pueblos originarios, las grandes mayorías
populares se levantan frente al derecho burgués afirmando en sus fauces, en las calles y hasta en los
patios de sus metrópolis coloniales, que la vida y la reproducción de la vida del ecosistema, de Gaia, de
los pueblos y cada una de las personas, es el fundamento de los verdaderos derechos. Denuncian a la
burguesía que, con su Ilustración y “revolución liberal burguesa”, pretenda hacer creer desde hace dos-
cientos años que el fundamento jurídico último reside en la voluntad, sea de uno o del pueblo; voluntad
que ellos han terminado secuestrando y administrando con sus falaces democracias representativas
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. El
iusmaterialismo estrella en la tierra de la historia el dogma voluntarista de la ideología ju rídica positi-
vista. La fuente última del derecho, de los derechos humanos de los pueblos y derechos de la naturaleza
es la vida (en su sistema integrado de necesidades y capacidades). No es la mera voluntad de uno o de
muchos como repiten sordos los iuspositivistas. El iusmaterialismo de los pobres llena a la justicia de
vida humana y vida de la madre Naturaleza. Es un paradigma biocéntrico que se levanta frente al antro-
pocentrismo del derecho del interés burgués (paradigma biocivilizatorio, en términos de César Alanís).
2°Los derechos humanos de los pueblos y derechos de la Naturaleza son acciones (praxis) con poder
real de satisfacción de las necesidades/capacidades para la vida que la comunidad ha acotado como
bienes (jurídicos) apoyada en su fuerza tutelar coactiva. Los pueblos originarios, pero no solo ellos,
también los pobres, el pueblo sencillo, en su levantamiento, espetan con la fuerza de su autoridad irre-
verente los ojos, los oídos y el olfato de los burgueses. Les muestra que los derechos son acc iones con
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G. Pontón,La lucha por la desigualdad: una historia del mundo occidental en el siglo XVIII(Barcelona: Pasado y Pre-
sente, 2016).