Nullius: Revista de pensamiento crítico en el ámbito del Derecho
e-ISSN 2737-6125
Publicación semestral. Edición continua. Año 2021, Vol. 2, No 1. pp. 15-27. (enero-junio, 2021).
requiere de políticas educativas complementarias y estratégicas que garanticen la efectividad de la
gratuidad.
En las tres constituciones la educación tiene un rol social fundamental, el de hacer posible los
ideales de sociedad deseada. La calidad de la educación es una cuestión de educar para el desarrollo
de la conciencia social y de las libertades (Asamblea Nacional, 1906), de derechos y de cuidado de
lo
Constituyente,
Alfarista y Juliana, es implícita.
La formación de maestras y maestros ha sido un tema medular en las tres revoluciones. La calidad
de la educación tiene como condición maestros formados para hacer posible la educación como un
derecho. La emergencia sanitaria ha puesto en evidencia la necesidad de docentes formados para el siglo
XXI, para la era digital. Se ha avanzado, en cuanto concreción de derechos, a la inclusión como condición para
la interculturalidad, una oportunidad privilegiada para una sociedad pluricultural, como es reconocida
en la misma Constitución. El sentido de la educación se ubica en la inclusión y equidad social.
Esta es la dimensión política de la educación de estas tres revoluciones icónicas en la historia del
país.
respondieron a estos horizontes ambiciosos, amplios y complejos del pensamiento político social, con
relativos avances, en cada contexto histórico.
Los avances en el derecho a la educación en el Ecuador del último siglo, se puede decir que, en
este tramo de la historia de la educación se ha ido construyendo lo que Shapiro (2012) define como
no dominación, en el que las políticas educativas se orientan a superar la opresión y buscar la justicia
social. La pandemia ha demostrado la necesidad de comprender que lo educativo es una simbiosis
entre escuela, familia y comunidad.
4.
4.1.
Acceso
La gratuidad y universalidad de la educación básica en la Revolución Alfarista fueron la estrategia
para promover y consolidar la laicidad orientada al logro de las libertades individuales. En la primera
constitución liberal se establece que, “La enseñanza primaria es gratuita y obligatoria, sin perjuicio
del derecho de los padres para dar a sus hijos la que tuvieren a bien. Dicha enseñanza y la de Artes y
Oficios, serán costeadas con los fondos públicos” (Asamblea Nacional, 1897, p. 5). Como legado de
la Revolución Alfarista, la Juliana mantuvo y promovió la gratuidad de una educación libre, laica y
extendida a nivel nacional. “La enseñanza primaria y de las artes y oficios, de carácter oficial, son
gratuitas,
(Asamblea Nacional, 1928, p. 68). En la Revolución Ciudadana se garantiza el acceso universal, la
obligatoriedad hasta el bachillerato, y la gratuidad hasta la educación superior, tercer nivel (Asamblea
constituyente, 2008). La laicidad pierde centralidad, por estar ya fuera de discusión, como resultado
del legado histórico de la Revolución Alfarista y sostenida por la Juliana.
En política educativa, la correspondencia entre necesidades, metas y logros, es una cuestión de
que haya la voluntad política y el poder real de hacer que las cosas sucedan, y para ello se requiere
de inversión.
La coherencia entre el discurso, su normativa
y las acciones estratégicas educativas
tienen
revoluciones la gratuidad se costea con fondos públicos. En la Constitución de 2008 se establece el
incremento anual de la asignación presupuestaria para educación, hasta alcanzar mínimo el 6% de
PIB (Asamblea constituyente, 2008). La inversión en educación pasa de 2,6 % en 2006 al 5,2 % en
2011. Entre 2011 y 2016 la inversión en educación básica y bachillerato fue de más del triple con
respecto al período 2002-2006 (Restrepo, 2017).
Lo educativo en el liberalismo alfarista tienen la marca ideológico ética de lo laico (Asamblea
Nacional, 1897), como lo público, lo de todos. En contraposición con la educación religiosa, que
imponía