Vol. V. Año 2020. Número 4, octubre-diciembre
125
Crecimiento personal. Acercamiento dialéctico materialista e
histórico cultural para su comprensión teórica, conceptual,
metodológica y práctica
Crecimiento personal: expresión del desarrollo integral de la personalidad
AUTORES: Yorlan José Rivas Avila
1
Lianne Mosqueda Padrón
2
DIRECCIÓN PARA CORRESPONDENCIA: yorlanra@ult.edu.cu
Fecha de recepción:
22
-
08
-
2020
Fecha de aceptación:
27
-
10
-
2020
RESUMEN
El artículo constituye resultado teórico-metodológico de investigación en
contextos formativos y cúmulo de experiencias en la práctica como resultado
del proyecto científico en la Universidad de Las Tunas: “Atención de calidad a
niños, adolescentes y jóvenes”. El acercamiento teórico, conceptual,
metodológico y práctico al crecimiento personal como expresión del desarrollo
integral de la personalidad en estas etapas del desarrollo ha constituido una de
las principales premisas de indagación científica. El abordaje y comprensión
desde la dialéctica ha posibilitado abordar y asumir posiciones en el orden
científico filosófico, psicológico, pedagógico y sociológico, con una visión
histórico-cultural, en respuesta a la temática en cuestión, que, aunque
constantemente tratada, se disemina en posiciones, teorías y modelos, sin un
consenso y criterio común en la comunidad científica. A su vez que la práctica
muestra insuficiencias que han conllevado a la realización de investigaciones
en contextos formativos en cuanto a: bajo enriquecimiento en los contenidos
psicológicos de la personalidad, dificultades para relacionarse adecuadamente
consigo mismo e interrelacionarse positivamente con los otros. Baja respuesta
en la relación activa con el medio y problemas para el desarrollo de la
creatividad, el talento y la inteligencia. De ahí que el objetivo esté direccionado
al tratamiento teórico-metodológico del crecimiento personal como expresión
del desarrollo integral de la personalidad. Se utilizaron métodos del nivel
teórico: sistematización teórica, histórico-lógico, sistémico estructural funcional
1
Máster en Orientación Educativa. Licenciado en Psicología. Graduado en trabajo Social. Miembro del Gabinete de
Orientación y del Proyecto Científico: Atención de calidad a niños, adolescentes y jóvenes en la Universidad de Las
Tunas. Docente en la Universidad de Las Tunas. Cuba.
2
Máster en Ciencias de la Educación. Licenciada en Pedagogía Psicología. Miembro del Proyecto Científico:
Atención de calidad a niños, adolescentes y jóvenes en la Universidad de Las Tunas. Docente en la Universidad de
Las Tunas. Cuba.
Yorlan José Rivas Avila, Lianne Mosqueda Padrón
126
Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación. Universidad Técnica de Manabí. ECUADOR.
y del nivel empírico: observación, entrevista, criterio de experto, análisis del
producto de la actividad.
PALABRAS CLAVE: individuo; personalidad; crecimiento personal; realidad
histórica-cultural; contexto sociohistórico.
Personal growth. Dialectical materialist and cultural historical approach
for its theoretical, conceptual, methodological, and practical
understanding
ABSTRACT
The article constitutes theoretic result methodologic of investigation in
formative contexts and accumulation of experiences in practice because of the
scientific project at the University of Las Tunas: “Attention of quality to
children, teens and young people”. The theoretic, conceptual approach,
methodologic and the pilot to the personal growth like integral expression of the
development of the personality in these stages of development has constituted a
one belonging to the principal premises of scientific investigation. The boarding
and understanding from dialectics have made possible going on board and
assuming positions in the scientific philosophical, psychological, pedagogical
and sociological order with a historic cultural vision in response to the subject
matter in point, then, although constantly treated, it spreads at positions,
theories and models, without a consent and common opinion in the scientific
community. In turn that practice evidence insufficiencies that have borne the
realization of investigations in formative contexts in as much as to: Low
enrichment in the psychological contents of the personality, difficulties to relate
to each other adequately with oneself and to interrelate m positively with the
other ones. Reduce answer in the active relation with the midway and
developmental problems of creativity, the talent and the intelligence. So that the
objective be directed to the theoretic treatment methodologic of the personal
growth like integral expression of the development of the personality. They
utilized methods of the theoretic level: Theoretic systematization, historic
logician, systemic structural functional and of the empiric level: Observation,
interview, expert's opinion, analysis of the product of the activity.
KEYWORDS: individual; personality; personal growth; historic cultural reality;
social historic context.
INTRODUCCIÓN
El vocablo personalidad proviene del latín medieval personalitas y del latín
clásico persona, pero independientemente de su escritura y lectura significan
de igual forma “máscara”.
La máscara constituía en la antigüedad un aditamento de vital importancia
para el teatro, en ella se reflejaba sentimientos, emociones, carácter, motivos,
necesidades, entre otros contenidos y aspectos psicológicos de la personalidad
que identificaban cada personaje de la obra en su papel; lo que indica que
Revista Cognosis. Revista de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación ISSN 2588-0578
Crecimiento personal: expresión del desarrollo integral de la personalidad
Vol. V. Año 2020. Número 4, octubre-diciembre
127
desde entonces al individuo se le atribuyen cualidades, procesos, contenidos y
aspectos psicológicos que no solo se muestran en lo externo, sino que también
posibilitaban analizarlo, valorarlo y comprenderlo desde lo interno como
expresión de personalidad.
El estudio y tratamiento a los temas de personalidad durante el desarrollo de la
humanidad y las ciencias ha sido recurrente y sistemático. Sin embargo, no se
ha logrado un consenso común en cuanto a las particularidades específicas de
dicha categoría psicológica. Diferentes escuelas de psicología desde su
posicionamiento filosófico han intentado explicar, argumentar y fundamentar
dicha temática, en lo teórico, conceptual, metodológico y práctico. Por ello, se
coincide con el siguiente criterio.
Resulta muy difícil, lo he constatado, comunicar a otros mi respeto y mi
paciencia simultáneos hacia esas dos amplias secuelas psicológicas. Muchos
profesionales insisten en ser tanto profreudianos como antifreudianos,
procientíficos o anticientíficos. Tales posiciones de lealtad son necias. Nuestra
labor debe encaminarse a integrar estas varias verdades en una verdad total a
la cual deberíamos nuestra única lealtad. (Maslow, en Goble, 1980, p.26)
Vale señalar que, aun así, todos los aportes en dicho sentido contienen un valor
inexorable y que cada una de las posiciones deja abierta la posibilidad de
continuar trabajando y desarrollando contenidos necesarios para el abordaje y
comprensión acerca de la formación y desarrollo de la personalidad. Sin
embargo, resulta pertinente y oportuno considerar que:
(…) las distintas escuelas, corrientes han aportado conocimientos fragmentarios
de una única y misma totalidad, y que cuando una ha creído ver todo en su
segmento, han dado lugar a teoría erróneas, distorsionadas y exageradas. A
pesar de este proceso, cada escuela o corriente refleja parte de la realidad, que
es necesario rencontrar y reubicar en la totalidad y unidad original (…) Hay que
recuperar lo que las escuelas, los métodos y los campos de la Psicología
desmenuzaron y dispersaron, desarticularon y formalizaron (…) la tarea que
incumbe realizar consiste en disolver falsas antítesis, transformando las
antinomias irreductibles en lo que en realidad son: momentos de un solo
proceso único. (Bleger, 1973, p.12)
Sin embargo, vale reconocer que, el cúmulo de contenidos concernientes a la
formación y desarrollo de la personalidad desde las ciencias psicológicas está
profundamente tratado a pesar de que aún no existe un consenso común que
permita interpretar todos o la mayoría de los aportes en un único constructo
científico.
Asumir una posición dialéctica para la comprensión en lo relacionado a la
personalidad y el crecimiento personal como expresión de su desarrollo
integral, posibilita que los análisis, valoraciones y consideraciones se
direccionen a resolver un conjunto de problemas actuales teóricos,
conceptuales, metodológicos y prácticos.
Yorlan José Rivas Avila, Lianne Mosqueda Padrón
128
Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación. Universidad Técnica de Manabí. ECUADOR.
Esto en nuestra consideración, requiere un referente conceptual, un eje que
integre principios generales, categorías y conceptos debidamente
fundamentados por la práctica y que, en este sentido, sea capaz de vertebrar la
diversidad del pensamiento psicológico de modo paulatino, procesal y coherente
sin pretender con ello la defensa a ultranza de una sola psicología. Se trata más
bien de avanzar en cierta integración y unidad en lo diverso y a la vez continuar
profundizando en la comprensión de algo tan complejo como es la personalidad.
(Fernández, 2006, p.218)
De ahí que, el camino a seguir supone:
“De la percepción viva al pensamiento abstracto y de este a la práctica: tal es el
camino dialéctico del conocimiento de la verdad, del conocimiento de la realidad
objetiva”. (Lenin, 1964, p.165)
DESARROLLO
Las tendencias, perspectivas y enfoques históricos dentro de las ciencias
psicológicas que han jugado un papel significativo y han contribuido en la
comprensión y explicación de la personalidad de acuerdo con Cloninger (2003),
Fernández (2006), Montaño, Palacio y Gantiva (2009), Seelbach (2013) y Chico
(2015), fundamentalmente se encuentran:
La perspectiva psicoanalítica o psicodinámica.
La perspectiva psicoanalítica-social o egosocial.
La perspectiva de los rasgos o factorialismo.
La perspectiva del aprendizaje o conductismo.
La perspectiva cognitiva del aprendizaje social o cognitivo conductual.
La perspectiva humanista o tercera fuerza.
La perspectiva histórica-cultural o histórica-social.
La perspectiva psicoanalítica o psicodinámica, considera que la conducta de
una persona es el resultado de las fuerzas psicológicas que operan dentro del
individuo y que por lo general se dan fuera de la conciencia. De ahí que la idea
central de esta es el inconsciente. Este concepto afirma que el individuo no está
consciente de los determinantes más importantes de su comportamiento. Todos
los enfoques psicoanalíticos mantienen el concepto de un inconsciente
dinámico, es decir, que tiene motivaciones o energías y por tanto puede influir
en el comportamiento, la experiencia y la personalidad. En esta perspectiva
destacan: el Psicoanálisis Clásico de Freud (1856-1939) y la Psicología Analítica
de Jung (1875-1961).
Desde la perspectiva psicoanalítica-social o egosocial se asume la significación
que tienen los factores socioculturales en el desarrollo de la personalidad, así
como la importancia del ego en la maduración de esta. Incluyen las categorías
sociales tales como la raza y el género, las que a su consideración influyen en el
desarrollo de la personalidad y el bienestar. En esta perspectiva aportan: la
Revista Cognosis. Revista de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación ISSN 2588-0578
Crecimiento personal: expresión del desarrollo integral de la personalidad
Vol. V. Año 2020. Número 4, octubre-diciembre
129
Psicología Individual de Adler (1870-1937), el Desarrollo Psicosocial de Erikson
(1902-1994) y el Psicoanálisis Interpersonal de Horney (1885-1952).
En la perspectiva de los rasgos o factorialismo se asume que la personalidad
está formada por una jerarquía de rasgos estables y consistentes que
determinan, explican y, hasta cierto punto permiten predecir el
comportamiento individual, en la medida en que guían la forma en que cada
individuo piensa e interpreta la realidad. En esta perspectiva contribuyen: la
Teoría Personológica de los Rasgos de Allport (1897-1967) y las Teorías
Analíticas-Factoriales de los Rasgos de Catell (1905-1998) y Eysenck (1916-
1997). Así como la propuesta de la Teoría Integradora denominada “Cinco
Grandes Rasgos de la Personalidad” (Big Five) de Zuckerman (1928-2018) y sus
colegas McCrae (n.1949) y Costa (n.1942).
La perspectiva del aprendizaje o conductismo aboga que los estímulos del
ambiente y no el libre albedrío es lo que forja la personalidad. Dado que toda
conducta está determinada por las contingencias de reforzamiento. Para esta
perspectiva las conductas habituales constituyen la personalidad. Son
modificadas y expandidas a lo largo de la vida. El cambio de personalidad se
produce por medio del aprendizaje, que es más rápido al inicio de la vida
cuando se están formando los patrones de hábitos. En esta perspectiva
aportan: el Conductismo Clásico de Watson (1878-1958), el Conductismo
Radical de Skinner (1904-1990) y Staats (n.1924) y la Teoría Psicoanalítica del
Aprendizaje de Miller (1920-2012) y Dollard (1900-1980).
La perspectiva cognitiva del aprendizaje social o cognitivo conductual,
defienden la importancia del lenguaje y el ambiente social. De acuerdo con esta
perspectiva del aprendizaje, no es posible obtener un modelo adecuado de la
personalidad si sólo se describen las conductas manifiestas de los individuos
sin prestar atención a lo que está pensando. Mantienen que la personalidad se
forma mediante la interacción con el ambiente, y aceptan que lo que la gente
hace está, en gran medida, determinado por el ambiente y es específico a la
situación. En esta perspectiva destacan: la Teoría Cognoscitiva del Aprendizaje
Social de Mishel (1930-2018) y Bandura (n.1925) y la Psicología de los
Constructos Personales de Kelly (1905-1967).
La perspectiva humanista o tercera fuerza, argumentan que todo individuo
tiene una motivación positiva y que, conforme a cómo evoluciona en la vida,
este va logrando obtener niveles superiores de funcionamiento, teniendo en
cuenta que el individuo es responsable de sus propias actuaciones y por ende
de las consecuencias que le sobrevienen. En esta perspectiva contribuyen: la
Teoría Centrada en la Persona de Rogers (1902-1987) y la Teoría de la
Jerarquía de Necesidades de Maslow (1908-1970).
Desde la perspectiva histórico-cultural o histórico-social, se asume que la
formación y desarrollo de la personalidad constituye una construcción cultural,
que se logra a través de la interacción con otros individuos de una determinada
cultura mediante la comunicación y la realización de actividades sociales
Yorlan José Rivas Avila, Lianne Mosqueda Padrón
130
Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación. Universidad Técnica de Manabí. ECUADOR.
compartidas. Además, que toda función, proceso o formación psicológica debe
explicarse a partir de su relación esencial con las condiciones históricas y
culturales. Sobre todo, cuando reconoce y asume que la formación y desarrollo
de la personalidad está determinado por factores, componentes y premisas
biológicas, psicológicas y sociales.
En esta perspectiva aportan: la Teoría Histórica Cultural de Vigotsky (1896-
1934) y sus seguidores, la Teoría de la Actividad de Leontiev (1903-1979), la
Teoría Psicológica y Neuropsicológica de Luria (1902-1977), la Teoría de la
Formación Planificada y por Etapas de las Acciones Mentales de Galperin
(1902-1988), la Psicología Genética de Wallon (1879-1962) y la Teoría del
Vínculo y los Grupos Operativos de Pichón-Riviere (1907-1977).
A su vez, estas tendencias expresan elementos valiosos e insoslayables en la
comprensión de la personalidad, susceptibles de ser entendido e integrado en
una comprensión más multilateral y sistémica. La personalidad entre estas
tendencias posibilitaría avanzar en el desarrollo conceptual y metodológico que
requiere la comprensión y estudio de este fenómeno tan complejo que es la
personalidad humana y crecer ante nuevos hallazgos. Ello abrirá más
consecuentemente el camino de la construcción teórica en torno a la
personalidad. (Fernández, 2006, p.218)
El abordaje sobre la categoría psicológica personalidad, tomando en
consideración lo estructural y funcional, implica asumirla como proceso donde
es necesario entenderla como formación, desarrollo, maduración y crecimiento.
A su vez que implica su comprensión como resultado, lo que se evidencia en la
misma medida que el individuo avanza, aprende, se manifiesta, se conduce, se
proyecta, se valora, se conoce, se implica, se relaciona, se comunica, en fin, se
autodetermina o se autorrealiza. Sin embargo, todo ello puede concretarse en
una unidad compleja de análisis: crecimiento personal.
El crecimiento personal pasó de ser un tema secundario de la psicología a una
posición central, cuando Seligman en 1996 fue elegido presidente de la
Asociación Estadounidense de Psicología (APA). Este propuso entonces un
nuevo punto de vista: la Psicología Positiva, así centró la atención en los
individuos sanos mucho más que en los enfermos.
El crecimiento personal debe ser comprendido como una unidad compleja de
análisis en la formación y desarrollo de la personalidad.
Esta profundización requiere, dada la complejidad del fenómeno que se estudia,
buscar aquellos elementos o componentes estructurales y funcionales de la
personalidad que, conteniendo en mismos las cualidades y funciones de este
sistema complejo, presenten el suficiente nivel de simplificación que permitan
un abordaje metodológico sin las dificultades de tratar todo el fenómeno
estudiado (en este caso, la personalidad); dicho en otras palabras, buscar
unidades complejas de análisis. (Bermúdez y Pérez, 2004, p. 25)
Revista Cognosis. Revista de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación ISSN 2588-0578
Crecimiento personal: expresión del desarrollo integral de la personalidad
Vol. V. Año 2020. Número 4, octubre-diciembre
131
Para ello es necesario y pertinente considerar de acuerdo con González (1985),
aquellos principios que orientan teórica y metodológicamente la comprensión
de la personalidad.
1- Principio del carácter sociohistórico del siquismo humano: el individuo es
esencialmente social como personalidad porque en sus relaciones
sociales se definen tanto el contenido, como las vías de la regulación
psicológica, porque en esas relaciones se define su individualidad
psicológica en su especificidad humana.
2- Principio del reflejo: su carácter activo se expresa por la personalidad, no
solo mediante la actuación del individuo sobre el objeto a reflejar en su
actividad concreta, sino también en las posiciones que este asume frente
al objeto, y en el sentido que el objeto mismo tiene para él debido a su
complejo mundo interno.
3- Principio de la actividad: el individuo desarrolla su actividad con objetos,
en los diferentes niveles que esta actividad puede ser desarrollada, este
proceso adquiere valor no solo para la representación cognitiva de dicha
realidad, por medio de imágenes o conceptos, sino también para el
desarrollo de cualidades y actitudes que también se forman en el hombre,
como un reflejo de su actividad con dichos objetos y que, una vez
desarrolladas, garantizan nuevos niveles de penetración creativa sobre su
realidad objetal, la que es portadora de todo el potencial regulador de la
personalidad.
4- Principio del carácter regulador de la conciencia sobre la actividad: el
papel regulador de la conciencia sobre la actividad se manifiesta en el
plano de la cognición por medio del sistema de significados de la
conciencia, que mediatizan el reflejo de la realidad y hacen que la
conciencia asuma un papel orientador sobre la actividad del individuo.
5- Principio de la unidad de lo cognitivo y lo afectivo en la personalidad: en
la cual el individuo actúa como sujeto de sus distintas manifestaciones, y
no como el portador de un conjunto de rasgos o propiedades, que en su
expresión es congruente con su forma de sentir y pensar.
6- Principio del carácter integral de los procesos psicológicos del hombre: un
individuo activo e integral en todos los planos y esferas de la vida, que
actúa desde y sobre las principales transformaciones de la época en que
le toca vivir.
A su vez que, la personalidad como nivel de integración de la subjetividad
humana posee de acuerdo con Fernández (2006), aspectos significativos:
1- Constituye una realidad que es subjetiva, psicológica, de modo que no se
aprecia el modo directo su expresión. Solo la conducta, el
comportamiento, las expresiones verbales. Esta realidad supone un
reflejo activo, mediatizado, construido de la realidad objetiva y también
subjetiva.
Yorlan José Rivas Avila, Lianne Mosqueda Padrón
132
Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación. Universidad Técnica de Manabí. ECUADOR.
2- La subjetividad está integrada, organizada en diversos subsistemas o
configuraciones parciales con diversos grados de complejidad en perenne
interrelación (no es un conjunto, ni una sumatoria, ni un agregado). De
este modo, un elemento psicológico aislado no posee significación
psicológica, sino en virtud del sistema en el cual se integre. Los
contenidos psicológicos integradores de la personalidad, originan una
entidad nueva, diferente e irreducible a cada uno de ellos por separado,
existiendo una relación dinámica y dependencia funcional entre dichos
contenidos y entre estos y el sistema personológico como totalidad.
3- Constituye el nivel más complejo de integración y organización de los
procesos psicológicos a nivel individual que intervienen en la regulación
del comportamiento, por tanto, esto presupone en sí la existencia de otros
niveles de regulación menos complejos e integrados.
4- Esta integración y organización psicológica permite la conformación de
una unicidad o identidad psicológica, personal, una noción de mismo o
autoconciencia cuyo surgimiento marca la aparición de la personalidad y
que se mantiene en proceso de enriquecimiento a lo largo de toda la vida.
5- Es singular, irrepetible. La personalidad posee particularidades
cualitativas e irrepetibles en cada sujeto. La naturaleza de los conflictos
es diversa para cada cual a partir del carácter único e individualizado de
la organización personológica. En cada sujeto como individualidad, según
su historia personal, predomina uno u otro grado de complejidad
funcional de la personalidad.
6- Es estable, aunque no estática. La personalidad y las peculiaridades de
las formaciones psicológicas que la integran, caracterizan de modo
relativamente estable la proyección integral del sujeto y las formas en las
que opera en sus funciones reguladoras y autorreguladoras en las
diferentes áreas de la vida.
7- Es dinámica, procesal, en movilidad, en activación y desactivación de
configuraciones. Los contenidos personológicos, en su movilidad,
alternan su significación y valor, de acuerdo con el subsistema de
integración personológica en el cual estén interviniendo.
8- Se encuentra en constante cambio y desarrollo. Es una entidad abierta,
en permanente intercambio con el medio exterior. Su función es la de
orientar, dirigir el comportamiento, regular y autorregular. En la base de
esta integración y de la función de regulación está la unidad de procesos
afectivos y cognitivos constitutiva de sentidos psicológicos.
9- Su núcleo es la esfera motivacional que estructurada en sistemas
motivacionales de regulación se integran formando un todo que define la
capacidad de autodeterminación. Caracterizando y determinando la
posición del sujeto hacia la realidad. La personalidad posee una
determinación histórico cultural en la ontogenia y filogenia por medio de
complejas interrelaciones a través del sistema de actividades y de
Revista Cognosis. Revista de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación ISSN 2588-0578
Crecimiento personal: expresión del desarrollo integral de la personalidad
Vol. V. Año 2020. Número 4, octubre-diciembre
133
comunicación en los cuales se inserta el individuo. Deviene como
producto tardío de las relaciones humanas.
Para González (1985), la personalidad es una organización estable y sistémica
de los contenidos y funciones psicológicas que caracterizan la expresión
integral del sujeto en sus funciones reguladoras y autorreguladoras del
comportamiento, constituye, por lo tanto, una integración sistémica de los
contenidos y funciones de la psiquis, que se expresa de manera individualizada
en el comportamiento de cada sujeto.
A su vez, para Fernández (2006), la personalidad, constituye la organización, la
integración más compleja y estable, de contenidos y funciones psicológicas que
interviene en la regulación y autorregulación del comportamiento en las esferas
más relevantes para la vida del sujeto.
De acuerdo con Capote et al (2015), la personalidad está integrada por un
conjunto de elementos que abarcan los aspectos de contenido y funciones
estrechamente relacionados entre por lo cual el funcionamiento psicológico
de la personalidad depende de la interacción entre ellos. La personalidad es
portadora de las siguientes características generales:
1- El carácter sistémico se expresa en la estructura de la personalidad, o sea
en la organización que adoptan todos sus elementos, la configuración
particular que alcanzan en cada individuo.
2- La estructura de la personalidad incluye dos componentes
fundamentales: contenido y función. El desarrollo de estos componentes
y la interrelación entre ellos determinan el nivel de desarrollo de la
personalidad que regula el comportamiento del individuo.
3- La personalidad como organización sistémica tiene integridad la cual
viene dada por la relación armónica entre sus componentes que se
manifiestan en el plano interno y en el plano externo.
4- La personalidad en su individualidad se expresa en aquellas
características de la que la diferencian de los demás. Los diferentes
individuos no se ven inmersos en las mismas situaciones, que al ser
reflejadas favorecen la formación de características de personalidad
particulares en cada uno.
5- La personalidad regula el comportamiento del individuo manifestando su
función reguladora y autorreguladora y constituye el nivel superior
regulador de la actividad de este, lo cual se evidencia en el carácter activo
y consciente de esa regulación.
La formación y desarrollo de la personalidad del individuo constituye en
misma, la máxima expresión psicológica de reflejo, integración, regulación,
evolución, desarrollo y crecimiento de la especie humana. Condición que le
permite una posición superior de conciencia y psiquismo, cuya configuración y
Yorlan José Rivas Avila, Lianne Mosqueda Padrón
134
Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación. Universidad Técnica de Manabí. ECUADOR.
organización tiende a la transformación de la realidad subjetiva (interna) y
objetiva(externa), a través de la actividad y la comunicación.
Para Rubinstein (1965), desde la concepción materialista dialéctica del reflejo
las causas externas actúan a través de condiciones internas. Toda acción
externa sobre un cuerpo, sobre un fenómeno, queda como refractada por las
propiedades internas de dicho cuerpo o fenómeno. Es por ello que la naturaleza
interior de los fenómenos constituye el núcleo por medio del cual unos objetos y
fenómenos se reflejan en otros.
El individuo a medida que forma y desarrolla su personalidad tiende a la
búsqueda activa de su crecimiento, de su desarrollo, de su autorrealización y
de su bienestar pleno como parte de su existencia y estilo, modo o proyecto de
vida. Ello constituye una necesidad psicosocial de la especie humana.
El estilo, modo o proyecto de vida de todo individuo, debe poseer como
componente psicosocial el crecimiento personal y este último debe contener en
mismo el primero como indicador o elemento a desarrollar, lo que denota su
imbricación y relación dialéctica entre ambos. Dado que, el crecimiento
personal constituye expresión del desarrollo integral de la personalidad y esta a
su vez expresión superior del reflejo psíquico de la conciencia humana.
En esta dirección, para González (1993) el modo de vida como unidad que
integra factores sociales y factores de personalidad, en el que unido al
condicionante social, el individuo tiene un papel activo, condicionado por el
nivel de desarrollo de su personalidad, cultura y experiencia, lo que aumenta
sus potencialidades de convertirse en individuo activo de su comportamiento y
en individuo de su propio modo de vida.
Marx (1955) en su tercera tesis sobre Feuerbach, plantea que, las
circunstancias producen a los hombres en la misma medida que estos
producen las circunstancias.
De ahí que, el crecimiento personal es resultado del estilo, modo o proyecto de
vida del individuo como parte y resultado de su realidad histórica-cultural y
que, visto como expresión del desarrollo integral de la personalidad, es
necesario su comprensión como unidad compleja de análisis, dado que su
complejidad tanto en lo estructural como en lo funcional implica:
“Abarcar todos sus aspectos, todas sus vinculaciones e intermediaciones. Esto
primero, segundo, la lógica dialéctica requiere que el objeto se tome en su
desarrollo, en su automovimiento, en su cambio”. (Lenin, 1956, pp. 553-554)
Según Bermúdez y Pérez (2004), el crecimiento personal se concibe como una
unidad compleja de análisis de los procesos de desarrollo de la personalidad en
el cual se encuentran y pueden ser estudiados los mismos. Al considerar que
en el crecimiento personal se manifiestan la unidad de contenidos y funciones
que la caracteriza. Es por ello que integra contenidos propios del desarrollo
psicológico de la personalidad y aspectos relacionados con el modo en que este
contenido funciona en la regulación del comportamiento.
Revista Cognosis. Revista de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación ISSN 2588-0578
Crecimiento personal: expresión del desarrollo integral de la personalidad
Vol. V. Año 2020. Número 4, octubre-diciembre
135
El crecimiento personal evidencia como unidad compleja de análisis, de
acuerdo con Fariñas (2000), Bermúdez y Pérez (2004), el cumplimiento de una
serie de pares, requisitos o condiciones que se expresan en forma de polos
dialécticos:
1- Lo social-lo individual.
2- Lo externo-lo interno.
3- Lo subjetivo-lo objetivo.
4- Lo cognitivo-lo afectivo.
5- La dependencia-la independencia.
6- Lo actual-lo potencial.
Estos pares dialécticos efectivamente pueden servir de parámetros para realizar
dicha selección, al permitir una valoración de los conceptos o unidades
seleccionados, pues expresan las interrelaciones dialécticas esenciales que se
manifiestan en la psiquis humana y, por ende, en la personalidad. (Bermúdez y
Pérez, 2004, p. 126)
Para definir el crecimiento personal resulta pertinente compartir y asumir el
siguiente criterio:
Este proceso comienza en los primeros años de la vida y a través de él aparece
una relación cada vez más activa con el medio y consigo mismo y una
interrelación más positiva con los otros, lo que hace del sujeto un ente activo y
participativo en su contexto sociohistórico, en el que va manifestando niveles de
autonomía y autodeterminación cada vez mayores. (Bermúdez y Pérez, 2004,
p.132)
Es por ello por lo que Marx (1955), al abordar sobre la formación y desarrollo de
la personalidad del individuo, en su tercera tesis sobre Feuerbach, concibió al
individuo como la expresión resultante de las relaciones humanas y sobre ello
aseveró:
“La esencia humana no es algo abstracto inherente a cada individuo. Es en su
realidad, el conjunto de las relaciones sociales”. (Marx, 1955, p. 398)
A su vez que, para Rivas (2018), en dichas relaciones sociales intervienen
directamente la actividad y la comunicación, las que constituyen mecanismos
psicológicos en la formación y desarrollo de la personalidad.
“La personalidad se forma y se desarrolla en un proceso condicionado histórico
y socialmente por la actividad en el proceso de comunicación con los demás”.
(Rivas, 2018, p.99)
Para del Pino y Recarey (2005), el crecer puede ser visto como proceso o como
resultado. Como resultado tiene que ver con el cumplimiento de las tareas de
desarrollo de una determinada edad, que incluye siempre alcanzar los niveles
de independencia, seguridad y desarrollo intelectual que la misma requiere.
Yorlan José Rivas Avila, Lianne Mosqueda Padrón
136
Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación. Universidad Técnica de Manabí. ECUADOR.
Como proceso, el crecer nos lleva a considerar toda la dinámica de vínculos,
vivencias personales y condiciones sociales que articulan la vida de un
individuo en un contexto sociohistórico dado.
El crecimiento personal. Debe comprenderse como una unidad compleja de
análisis de la expresión del desarrollo integral de la personalidad, lo que
permite constatarlo en la propia práctica y las variadas formas de actividad y
comunicación del individuo, reflejados en las formas de sentir, pensar y actuar
en su realidad histórica-cultural. De ahí que, constituye proceso y resultado del
desarrollo integral de la personalidad. En esta dirección es definido como:
Expresión del desarrollo integral de la personalidad, manifestado en las formas
de sentir, pensar y actuar que se configura y se manifiesta en las diversas áreas
de actuación del individuo. Permitiéndole alcanzar niveles superiores en las
relaciones que establece con su medio, con los otros y consigo mismo. (Rivas,
2019, p.10)
Para Ponti (2005), el crecimiento personal requiere de:
Conjunto de prácticas y actitudes continuas que permiten a una persona un
trabajo profundo, respecto a su potencial vital, que redundan en la obtención
de una visión plural, rica y multidimensional de la realidad y que permiten
actuar con una inteligencia adaptativa o práctica que facilita el bienestar
personal, la comunicación interpersonal, y la resolución de problemas
complejos. (p. 72)
A su vez que describe las vías fundamentales para alcanzarlo:
1- Trabajar el conocimiento.
2- Trabajar el autoconocimiento.
3- Aceptar la opinión de los demás.
4- Superar los bloqueos (Barreras personales).
5- Aceptar la diversidad.
6- Orientarse a la utopía.
El crecimiento personal de acuerdo con Palos (2011), se sustenta en pilares
básicos entre los que reconoce: aspecto emocional y sentimental del individuo,
aspecto intrafamiliar del individuo, aspecto intelectual del individuo, aspecto
profesional del individuo y aspecto sociocultural del individuo. Estos contienen
y reconocen en mismo, elementos propios y a fines de una posición dialéctica
materialista e histórica cultural. Entre las que destacan:
1- El individuo visto como ser social, activo, consciente y creador de su
propio proyecto de vida. Donde su realidad subjetiva se encuentra en
estrecha relación con la realidad objetiva (realidad histórica-cultural).
2- La experiencia y la vivencia individual y colectiva, para transformar
contextos y así mismo.
Revista Cognosis. Revista de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación ISSN 2588-0578
Crecimiento personal: expresión del desarrollo integral de la personalidad
Vol. V. Año 2020. Número 4, octubre-diciembre
137
3- La personalidad y su expresión integral en las diferentes áreas y
contextos sociohistóricos del individuo.
4- Los agentes e instituciones socializadoras y favorecedoras en la formación
integral de la personalidad (escuela, familia, comunidad, institución
laboral, etc.)
5- Lo real y lo potencial que posee y caracteriza a un individuo como parte
de sus habilidades, capacidades, aprendizajes, lo que denota la existencia
de la Zona de Desarrollo Próximo (ZDP) en cada individuo.
6- Las condiciones externas e internas para el desarrollo personal, como
evidencia de la influencia de la Situación Social de Desarrollo (SSD) en
cada individuo.
Estos pilares, permiten establecer la interrelación dialéctica entre actividad,
comunicación y personalidad. Dado que, las interacciones que se dan a través
de los procesos comunicativos y de actividad condicionan sistemas de
influencias sobre la personalidad.
El individuo establece dos tipos fundamentales de interacción con lo que le
rodea; una la que se establece con los objetos (relación sujeto-objeto), vinculada
con la actividad y otra la que establece con sujetos (relación sujeto-sujeto),
vinculada con la comunicación. Por lo que es necesario establecer la
interrelación dialéctica entre actividad, comunicación y personalidad.
“El desarrollo de la personalidad significa asimilar y objetivar los contenidos
humanos en la praxis social, ante todo en la actividad productiva”. (Meier,
1984, p. 43)
En dicha asimilación y objetivación intervienen directamente la actividad y la
comunicación, las que constituyen mecanismos psicológicos en la formación y
desarrollo de la personalidad y del crecimiento personal del individuo. Por lo
que en esta dirección se asume la actividad y la comunicación respectivamente,
como:
“Proceso de interacción sujeto-objeto dirigido a la satisfacción de las
necesidades del sujeto, como resultado del cual se produce una transformación
del objeto y del propio sujeto”. (Leontiev, 1981, p. 50)
“Proceso complejo, de carácter material y espiritual, social e interpersonal que
posibilita el intercambio de información, la interacción y la influencia mutua en
el comportamiento humano, a partir de la capacidad simbólica del hombre”.
(Ojalvo, 1992, p. 15)
El crecimiento personal, quien requiere de mecanismos psicológicos
(actividad y comunicación), posee como características:
1- Es procesal: requiere de tiempo y condiciones biológicas, psicológicas y
sociales para su configuración, desarrollo y expresión tanto intrínseca
como extrínseca.
Yorlan José Rivas Avila, Lianne Mosqueda Padrón
138
Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación. Universidad Técnica de Manabí. ECUADOR.
2- Es evolutivo: requiere de niveles superiores de funcionamiento para el
desarrollo y madurez de todos los procesos que configuran y desarrollan
la personalidad.
3- Es integral: requiere de la integración de todas las funciones, procesos y
configuraciones da la personalidad, para funcionar como un todo
inductor y ejecutor.
4- Es progresivo: requiere de puntos de partida para continuar hacia nuevos
niveles de configuraciones y desarrollo de los contenidos psicológicos de
la personalidad.
5- Es continuo: requiere de toda la vida, en el devenir histórico social del
individuo.
Para evaluar y diagnosticar el crecimiento personal como expresión del
desarrollo integral de la personalidad en el individuo, es necesario determinar
aquellas dimensiones que expresen el grado de complejidad de dicho fenómeno
y que permita valorar en qué medida las formas de sentir, pensar y actuar se
integran para funcionar como un todo en la regulación inductora y ejecutora de
la personalidad del individuo.
Solo así es posible comprender que el crecimiento personal es un todo
dialéctico y resultado de la relación sentir-pensar-actuar, determinado a su vez
por condiciones, factores o premisas biológicas, psicológicas y sociales, como
parte de los procesos de internalización, mediación y asimilación en un
determinado contexto sociohistórico, que, como expresión del desarrollo
integral de la personalidad, su configuración y organización constituye nivel
superior. Que en mismo favorece el enriquecimiento de contenidos
psicológicos de la personalidad, relación positiva con los otros y consigo mismo,
así como la relación activa, creativa y transformadora con el medio.
A su vez que en la determinación de las dimensiones del crecimiento personal
debe considerarse como criterio fundamental su carácter procesal, evolutivo,
integral, progresivo y continuo en la expresión individual y social de las formas
de sentir-pensar-actuar en todas las áreas y contextos de expresión. Dado que,
el crecimiento personal se adquiere bajo un sistema integrado de dimensiones,
que pueden constatarse, medirse y evaluarse en todo proceso formativo del
individuo. Estas son:
1- Dimensión Afectiva-Vivencial: abarca todo el contenido personológico en
lo afectivo, emocional, sentimental y vivencial de la vida del individuo.
2- Dimensión Cognitiva-Instrumental: es la dimensión que abarca todo el
contenido personológico en lo cognitivo, autorreferencial y valorativo de la
vida del individuo.
3- Dimensión Sociocultural-Comportamental: es la dimensión que abarca
todo el contenido personológico en lo volitivo, cultural, actitudinal y
comportamental de la vida del individuo.
Revista Cognosis. Revista de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación ISSN 2588-0578
Crecimiento personal: expresión del desarrollo integral de la personalidad
Vol. V. Año 2020. Número 4, octubre-diciembre
139
4- Dimensión Intrafamiliar-Referencial: es la dimensión que abarca todo el
contenido personológico en lo educativo y axiológico de la vida del
individuo.
5- Dimensión Profesional-Aptitudinal: es la dimensión que abarca todo el
contenido personológico en lo proyectivo de la vida del individuo.
El crecimiento personal que adquiere el individuo es resultado de la integración
de sus dimensiones, que resultan dialécticamente condiciones internas y
externas de la Situación Social de Desarrollo (SSD) en el que transcurre dicho
proceso. Categoría a la que Vigotsky (1996) se refiere, como la relación única,
especial e irrepetible entre el sujeto y su entorno social; donde considera a la
realidad histórica-cultural como una fuente de desarrollo, dado por la
posibilidad que lo social se convierta en individual como resultado de
interrelación dialéctica entre lo interno y externo.
A su vez que condicionan la estimulación y ampliación de la Zona de Desarrollo
Próximo (ZDP) bajo dicha Situación Social de Desarrollo. condicionada para
este proceso, el que se manifiesta a partir de cambios notables en las formas de
sentir, pensar y actuar del individuo. Para Vigotsky (1996) la ZDP constituye:
“La distancia entre el nivel real de desarrollo determinado por la capacidad de
resolver independientemente un problema y el nivel de desarrollo potencial,
determinado a través de la resolución de un problema bajo la guía de un adulto
o en colaboración de un compañero más capaz”. (p.19)
La estimulación y ampliación de la Zona de Desarrollo Próximo conduce al
crecimiento personal del individuo en todo proceso de formación, a partir de las
relaciones sujeto-objeto (actividad) y sujeto-sujeto (comunicación), las que
favorecen y propician un aprendizaje formativo de la realidad histórica-cultural,
dado que este constituye:
Proceso subjetivo de apropiación de la experiencia histórica-social, que
transcurre a través de la influencia, cooperación y orientación. (Rivas, 2019,
p.20)
De acuerdo con Bermúdez y Pérez (2004), el aprendizaje formativo en estrecha
vinculación con el crecimiento personal del individuo posee como
características esenciales:
El carácter personológico, está dado por el sello particular que le imprime el
individuo en su forma particular de aprender y el significado que posee dicho
aprendizaje para él. Este focaliza sus habilidades, potencialidades y recursos en
lograr las metas, objetivos y fin propuesto del aprendizaje puesto a su
disposición, el que interioriza y evidencia en sus formas de sentir, pensar y
actuar.
El carácter consciente, se manifiesta en la implicación plena del individuo para
la obtención del fin y el objetivo de la tarea de aprendizaje asumida, en tanto
implica el conocer las normas, las condiciones, métodos, procedimientos y
Yorlan José Rivas Avila, Lianne Mosqueda Padrón
140
Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación. Universidad Técnica de Manabí. ECUADOR.
medios que se utilizan para la apropiación de aquellos contenidos que van
dirigidos al aprendizaje y lo formativo.
El carácter transformador del individuo transcurre a través de la
transformación de la información de los objetos, de las otras personas y de
mismo, aprendidas en el contexto sociohistórico.
El carácter responsable, ayuda a que el individuo se comprometa en y de los
procesos en los que participa y el resultado que obtiene de ello; lo que significa
participar directamente en procesos formativos y evaluar el desarrollo de las
potencialidades que va adquiriendo como resultado de su crecimiento personal,
y en este sentido se le posibilita un pleno conocimiento de sí mismo.
Su carácter cooperativo, indica que para el individuo todo aprendizaje, ya sea
intelectual o formativo, posee su base en el aspecto social, por lo implica la
interacción personal en condiciones de actividad y comunicación; de ahí que lo
social se convierta en individual y viceversa. Es por ello que:
“No basta con que el sujeto cambie, es necesario que ese cambio implique un
nuevo nivel de autorregulación comportamental que le permita una interacción
más efectiva con su realidad social, es decir, el aprendizaje formativo conduce a
un crecimiento personal”. (Bermúdez y Pérez, 2004, p.148)
El aprendizaje formativo no puede desligarse de aquellos aprendizajes básicos
que son necesarios para que el individuo alcance su crecimiento personal. Para
Torroella (1995), la finalidad del sistema de aprendizajes básicos lógicamente
corresponde a la misma finalidad del sistema de la vida humana.
Estos preparan adecuadamente para la vida, para saber enfrentar y satisfacer
sus exigencias y demandas, para saber quiénes somos y poder dirigir y orientar
nuestra conducta, para saber elegir y tomar decisiones, para poder resolver los
problemas que la vida cotidiana nos propone, para convivir armoniosa y
cooperativamente con nuestros semejantes, para poder comunicarnos
óptimamente con los mismos, para transformar creativamente el mundo en que
vivimos, para todo ello y mucho más que es la vida.
Aprender a vivir consigo mismo:
1- Aprender a autocuidarse y promover la salud integral.
2- Aprender a conocerse a sí mismo y mejorar la autoestima.
3- Aprender a actuar, dirigirse, tomar decisiones y controlarse a sí mismo.
4- Aprender a orientarse, formar una jerarquía de valores o sentido de la
vida y a elaborar proyectos de vida.
Aprender a convivir y a comunicarse con los otros:
1- Aprender a socializarse, a ser una persona social y miembro activo y
participante creativo de la sociedad.
2- Aprender a expresarse y a comunicarse con los demás.
Revista Cognosis. Revista de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación ISSN 2588-0578
Crecimiento personal: expresión del desarrollo integral de la personalidad
Vol. V. Año 2020. Número 4, octubre-diciembre
141
3- Aprender a convivir amistosa y cooperativamente con los otros
(familiares, compañeros, pareja, etc.)
4- Aprender a elegir ocupación o profesión y a trabajar creativamente
5- Aprender a elegir pareja y establecer una unión sexual amorosa,
matrimonial y familiar estable y satisfactoria.
6- Aprender a mejorar las relaciones humanas y las comunicaciones
interpersonales.
Aprender a afrontar la vida: a pensar, valorar, crear:
1- Aprender a estimar, disfrutar y crear los valores positivos de la vida:
belleza, amor, bondad, verdad, justicia, dignidad, felicidad, etc.
2- Aprender a pensar, trabajar y crear.
3- Aprender a enfrentar positivamente las situaciones de la vida.
4- Aprender las conductas racionales y constructivas frente a los problemas.
5- Aprender a enfrentar, compensar, vencer y superar los problemas, las
frustraciones, el estrés y los fracasos de la vida.
6- Aprender que nuestro punto de vista no es el único, sino que se
complemente con las perspectivas de las otras personas; esto es al
aprendizaje de la tolerancia.
Ahora bien, esos aprendizajes básicos no están aislados o separados, sino
forman un sistema del que cada uno es parte y contribuye al gran aprendizaje
de aprender a vivir. Cada aprendizaje corresponde a un tipo de actividad y
relación que tiene el hombre en el mundo, a saber: de subsistencia, cognitiva,
valorativa, volitiva, proyectiva, manipulativa, comunicativa, convivencial,
transformadora, creativa, destructiva, etc. Es decir, cada actividad o relación
que tenemos con el mundo se puede aprender a hacerla mejor, a perfeccionarla.
(Torroella,1995, p.75)
La implicación del aprendizaje formativo y aprendizajes básicos para la vida en
el crecimiento personal del individuo requiere de habilidades conformadoras del
desarrollo personal, que a criterio de Fariñas (1995), estas habilidades son la
base del desarrollo del sujeto en cualquier esfera de la vida al estar en la base
de cualquier aprendizaje y ser mecanismos del autodesarrollo.
1- Habilidades relacionadas con el planteamiento y consecución de metas
personales y con la organización temporal general de la vida cotidiana.
2- Habilidades relativas a la comprensión y búsqueda de información.
3- Habilidades relativas a la comunicación y a la relación con los demás.
4- Habilidades relacionadas con el planteamiento y solución de problemas.
Para del Pino y Recarey (2005), en su crecimiento, el individuo va elaborando
una situación personal independiente y responsable, estableciendo vínculos y
Yorlan José Rivas Avila, Lianne Mosqueda Padrón
142
Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación. Universidad Técnica de Manabí. ECUADOR.
compromisos sociales más complejos Este camino conlleva un necesario
aprendizaje constante de roles y un enfrentamiento activo de conflictos y
obstáculos al desarrollo. Dado que se produce:
Proceso de conformación de una identidad determinada o la configuración de la
personalidad a través del enfrentamiento de las contradicciones que la
cotidianidad nos va creando en determinadas condiciones socioeducativas. (del
Pino y Recarey, 2005, p.22)
De acuerdo con Torroella (1995), el desarrollo de una personalidad sana,
madura y eficiente no solo está circunscrita a los aprendizajes básicos para la
vida. Sino también a las tendencias que en cada etapa de la vida se concretan y
particularizan en las tareas del desarrollo o educativas, propias de la misma,
que vienen a constituir las normativas del desarrollo de cada edad.
1- Tendencia a la formación de una concepción científica del mundo y de la
vida.
2- Tendencia hacia, el auto-conciencia o el desarrollo de un concepto y
valoración de sí mismo.
3- Tendencia hacia la formación de un sistema o jerarquía de valores
(orientación de valores, o sentido de la vida).
4- Tendencia hacia la independencia, autonomía y auto-regulación y la
elaboración de planes, proyectos e ideales de la vida.
5- Tendencia hacia la orientación e integración social de la personalidad, es
decir, hacia la conducta pro-social y cooperativa.
6- Tendencia hacia la asimilación apropiación de la cultura material y
espiritual (de conocimientos, normas, valores, etc.) (Socialización del
individuo, “adultización del joven).
7- Tendencia al desarrollo de la capacidad creativa y hacia la actividad
creadora o transformadora del mundo (externo o interno)
(Individualización de lo social o “juventización” de los adultos).
8- Tendencia hacia la integración o unidad de la personalidad (en torno a
una concepción del mundo, una orientación de valores o sentido de la
vida).
A su vez que dichas tareas en relación con cada etapa del desarrollo son:
Etapa escolar (6-12 años).
1- Tareas que se relacionan con actitudes y actividades hacia mismo y
con el autocontrol físico y psicológico.
2- Tareas que se relacionan con actitudes y conducta hacia los demás y los
grupos.
3- Tareas relacionadas con el trabajo escolar y el desarrollo de capacidades
y habilidades asociadas al mismo.
Revista Cognosis. Revista de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación ISSN 2588-0578
Crecimiento personal: expresión del desarrollo integral de la personalidad
Vol. V. Año 2020. Número 4, octubre-diciembre
143
Etapa de la adolescencia (12-15 años) y juventud temprana (15-18 años).
1- Tareas que se relacionan con actitudes y actividades hacia mismo y la
orientación de su vida.
2- Tareas que se relacionan con la actitud y actividades o conducta hacia los
demás y los grupos (convivencia interpersonal y grupal)
3- Tareas relativas al estudio, a las actividades escolares y extraescolares, al
desarrollo de capacidades y habilidades y la elección y preparación
profesional.
Etapa de la juventud tardía o adulto joven (18-26/30 años).
1- Tareas que se relacionan con actitudes y actividades hacia mismo y la
orientación de su vida.
2- Tareas que se relacionan con la actitud y actividades o conducta hacia los
demás y los grupos (convivencia interpersonal y grupal).
3- Tareas relativas al estudio, a las actividades escolares y extraescolares, al
desarrollo de capacidades y habilidades y la elección y preparación
profesional.
4- Tareas de iniciarse en el trabajo y la adaptación y ajuste a las nuevas
condiciones de la vida laboral.
5- Tareas de superación personal, cultural y profesional.
Los aspectos expuestos hasta aquí permiten un acercamiento teórico,
conceptual, metodológico y práctico al crecimiento personal como expresión del
desarrollo integral de la personalidad, que se manifiesta en las formas de
sentir, pensar y actuar del individuo en su contexto sociohistórico.
En este sentido estimo que la psicología histórico cultural, con sus aciertos,
desaciertos y limitaciones puede ser un marco de referencia para una
integración en aproximación, más que para un eclecticismo mecánico y en
ningún caso-en mi consideración-para la defensa de posiciones cerradas y
excluyentes que difícilmente podrán contribuir al mejor entendimiento en
nuestra ciencia y profesión. (Fernández, 2006, p. 218)
CONCLUSIONES
El crecimiento personal, se forma, se configura y se desarrolla, como nivel
superior del desarrollo integral de la personalidad en el contexto sociohistórico
del individuo.
El crecimiento personal, constituye unidad compleja de análisis del desarrollo
integral de la personalidad. Cumple con condiciones que se expresan en forma
de polos dialécticos: lo social- lo individual, lo externo- lo interno, lo subjetivo-
lo objetivo, lo cognitivo- lo afectivo, la dependencia- la independencia y lo
actual- lo potencial.
Yorlan José Rivas Avila, Lianne Mosqueda Padrón
144
Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación. Universidad Técnica de Manabí. ECUADOR.
El crecimiento personal se sustenta en principios básicos en cuanto a: lo
emocional y sentimental, lo intrafamiliar, lo intelectual, lo profesional y el
aspecto sociocultural del individuo.
El crecimiento personal posee como características, su carácter procesal,
evolutivo, integral, progresivo y continuo en la expresión individual y social de
las formas de sentir-pensar-actuar en todas las áreas y contextos de expresión
del individuo.
El crecimiento personal tiene dimensiones que se integran para funcionar como
un todo en la expresión del desarrollo integral de la personalidad del individuo.
Estas son: afectiva-vivencial, cognitiva-instrumental, sociocultural-
comportamental, intrafamiliar-referencial y profesional-aptitudinal.
El crecimiento personal es influenciado por el aprendizaje formativo y los
aprendizajes básicos para la vida, en cuya base están las habilidades
conformadoras del desarrollo personal y las tendencias que se concretan en las
tareas básicas de la etapa del desarrollo, dinamizando así las formas de sentir
pensar y actuar del individuo en su contexto sociohistórico. Ampliando a su vez
la Zona de Desarrollo Próximo (ZDO) en su Situación Social de Desarrollo
(SSD).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Bermúdez Morris, R y Pérez Martín, L.M. (2004). Aprendizaje Formativo y Crecimiento
Personal. Ciudad de la Habana: Pueblo y Educación.
Bleger, J. (1973). Psicología de la Conducta. Buenos Aires: Paidós.
Capote, B. et al. (2015). Fundamentos de Psicología para escuelas pedagógicas. La
Habana: Pueblo y Educación.
Cloninger, S. (2003). Teorías de la personalidad. Tercera edición. México: Pearson
Educación.
Del Pino Calderón, J.L. y Recarey Fernández, S. (2005). La orientación educacional y la
facilitación del desarrollo desde el rol profesional del maestro. La Habana: Pueblo y
Educación.
Chico Librán, E. (2015). Manual de Psicología de la Personalidad. Alicante: Club
Universitario.
Fariñas, G. (1995). Maestro: una estrategia para la enseñanza. La Habana: Academia.
Fariñas, G. (2000). Retos de la construcción teórica en las ciencias de la educación:
una óptica vigotskiana. En: Evento Provincial de Pedagogía. Ciudad de la Habana:
Universidad de la Habana.
Fernández, L. (2006). Pensando en la personalidad. Selección de lecturas. Tomo I. La
Habana: Ciencias Médicas.
Goble, F. G. (1980). La tercera fuerza. La psicología propuesta por Abram Maslow.
México: Trillas.
González Rey, F. (1985). Psicología de la personalidad. La Habana: Pueblo y
Educación.
Revista Cognosis. Revista de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación ISSN 2588-0578
Crecimiento personal: expresión del desarrollo integral de la personalidad
Vol. V. Año 2020. Número 4, octubre-diciembre
145
González Rey, F. (1993). Personalidad, salud y modo de vida. México: UNAM.
González Serra, D. J. (1984). Problemas filosóficos de la Psicología. Ciudad de la
Habana: Pueblo y Educación.
Lenin, V.I. (1956). Materialismo y empiriocriticismo. Buenos Aires: Cartago.
Lenin, V.I. (1964). Obras Completas. Tomo XXXVlll. Cuadernos filosóficos. La Habana:
Política.
Leontiev, A.N. (1981). Actividad, conciencia, personalidad. Ciudad de la Habana:
Pueblo y Educación.
Marx, C. (1955). Tesis sobre Feuerbach. En C. Marx y F. Engels. Obras escogidas en
dos tomos. Tomo l. Moscú: Progreso.
Meier, A. (1984). Sociología de la Educación. La Habana: Ciencias Sociales.
Montaño Sinisterra, M, Palacio Cruz, J y Gantiva, C. (2009). Teoría de la personalidad.
Un análisis histórico del concepto y su medición. PSYCOLOGÍA.AVANCES DE LA
DISCIPLINA. 3(2), 81-107.
Ojalvo Mitrany, V. (1992). La Comunicación. Ciudad de La Habana: Impresiones
Ligeras.
Palos García, A. (2011). Programa Estatal de Carrera Administrativa. Desarrollo
Personal. San Luis Potosí. México: Coordinación Estatal de Carrera Administrativa.
Área de Capacitación y Actualización.
Ponti, F. (2005). ¿Qué es esa cosa llamada Crecimiento Personal? Seis vías para
aproximarse a la utopía. Capital Humano. Formación y Desarrollo, no 184, enero.
Barcelona: Escuela de Alta Dirección y Administración.
Rivas Avila, Y. J. (2018). Técnicas participativas de orientación educativa. Propuesta
para favorecer el crecimiento personal desde la función orientadora del profesor.
https://revistas.utm.edu.ec/index.php/Cognosis/article/view/1326 Revista
Cognosis. Vol. 3 Núm. 4 (2018): octubre-diciembre. pp.93-116.
Rivas Avila, Y. J. (2019). Propuesta participativa desde la función orientadora del
profesor. Orientación Educativa de ayuda psicopedagógica, dinámica, productiva,
reflexiva y vivencial. Riga: Editorial Académica Española.
Rivas Avila, Y. J., Alonso Hernández, E., y Mosqueda Padrón, L. (2018). Orientación
Educativa, Aprendizaje Formativo y Crecimiento Personal. Comprensión necesaria para
la función orientadora del profesor universitario. En: Ciencias e Innovación
Tecnológica, volumen II (pp 6126-6136). Las Tunas: Edacun.
Rubinstein, S.L. (1965). El ser y la conciencia. La Habana: Editora Nacional de Cuba.
Torroella, G. (1995). Desarrollo humano. La Habana: Pueblo y Educación.
Seelbach González, G. (2013). Teoría de la personalidad. México: Red Tercer Milenio.
Vigotsky, L.S. (1996). El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Cuarta
edición. Barcelona: Crítica.
Yorlan José Rivas Avila, Lianne Mosqueda Padrón
146
Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación. Universidad Técnica de Manabí. ECUADOR.