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e-ISSN 2528-8075/ VOL 4/No. 3/SEPTIEMBRE DICIEMBRE/2019/pp. 60-63
Unidad de Cooperación Universitaria. Universidad Técnica de Manabí. Portoviejo. Ecuador
Al encuentro con la naturaleza. Formación de docentes y retos de la educación
socioambiental en el contexto mexicano
To meet nature. Teacher training and challenges of socio-environmental education in the mexican
context
Lucía Rodríguez Guzmán
1
*
Arturo Aguilar Villegas
2
*
Resumen
En este trabajo se recuperan algunas de las vertientes de la educación ambiental para la sustentabilidad. Se aplicó una encuesta a 332
estudiantes de licenciatura en Educación con el propósito de identificar si los futuros docentes consideran importante lo referente a la
naturaleza. Los resultados ponen de manifiesto que sólo el 10 % de los participantes, principalmente mujeres, le otorgaron prioridad a la
cuestión ambiental. Se propone la inclusión urgente de tales tópicos en todos los espacios curriculares de las instituciones formadoras de
docentes.
Abstract
This work recovers some of the aspects of environmental education for sustainability. A survey was applied to 332 undergraduate students
in Education with the purpose of identifying if future teachers consider nature as important. The results show that only 10 % of the
participants, mainly women, gave priority to the environmental issue. The urgent inclusion of such topics is proposed in all curricular
spaces of teacher training institutions.
Palabras clave/Keywords
Educación ambiental; formación de docentes; sustentabilidad/ Environmental education; teacher training; sustainability
*Dirección para correspondencia: luciarg@prodigy.net.mx
Artículo recibido el 16 - 08 - 2019 Artículo aceptado el 30 - 12 2019 Artículo publicado el 30 - 12 - 2019
Conflicto de intereses no declarado.
Fundada 2016 Unidad de Cooperación Universitaria de la Universidad Técnica de Manabí, Ecuador.
1
Universidad de Guanajuato, DrC., Educación, Campus León, México, luciarg@prodigy.net.mx, l.rodriguez@ugto.mx
2
Escuela Normal Oficial de León de Guanajuato, DrC., Departamento de Investigación, Educación, México, aguilarenol@yahoo.com.mx
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Al encuentro con la naturaleza. Formación de docentes y retos de la educación socioambiental en el contexto mexicano
Rodríguez Guzmán, Aguilar Villegas
Unidad de Cooperación Universitaria. Universidad Técnica de Manabí. Portoviejo. Ecuador
1. Introducción
En México se viven actualmente cambios de gran magnitud en todos
los ámbitos de la vida pública. Por una parte, la dinámica poblacional se
ha visto alterada por el tránsito masivo de personas migrantes, fenómeno
que progresivamente adquiere proporciones inconmensurables y se
conjuga con requerimientos emergentes en materia de atención a la salud,
alimentación y educación intercultural.
Por otra parte, se van configurando espacios transfronterizos que
agudizan las crisis ecológicas y socioeconómicas en varios países
latinoamericanos. De acuerdo con la teoría de la sociedad de riesgo
mundial, tales crisis provocan nuevos desórdenes y turbulencias
mundiales, donde se puede distinguir cierto tipo de peligro global
vinculado a los daños ambientales derivados tanto de la riqueza como de
la pobreza pues, desde un punto de vista ecológico, la desigualdad es el
mayor problema del planeta (Beck, 1998). La solución a esto difícilmente
acontecerá de manera lineal porque su etiología y evolución exige
acciones multisectoriales de gran alcance, factibles de permear hacia
todos los puntos geográficos de la región. En el territorio mexicano, pese
a la difusión de las tendencias hacia una economía verde y al adoptar en
diferentes instancias gubernamentales la Agenda 2030 con los objetivos
de desarrollo sostenible, aún son limitadas las acciones ante los desafíos
ambientales que han alcanzado un punto crítico en el entorno nacional y
a escala planetaria.
Un boletín de divulgación científica recientemente publicó datos
impactantes acerca de las consecuencias del cambio climático, donde se
advierte lo siguiente:
Nos acercamos mucho al punto de no retorno que, aunque se
escuche catastrófico y apocalíptico, somos tal vez las últimas
generaciones que pueden hacer algo para frenar esto: si no lo
iniciamos ahora, las siguientes generaciones vivirán con cambios
climáticos que ya no podrán cambiar (Martínez, 2019, p.1).
Las alteraciones ambientales y climáticas tendrán consecuencias
económicas y sociales de gran impacto, así como el aumento de las
migraciones forzadas por eventos meteorológicos extremos. Según los
datos del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, la mitad de
los municipios mexicanos presentan alta vulnerabilidad a los eventos
atmosféricos graves. Por tanto, los grupos poblacionales requieren
aprender distintas capacidades adaptativas y, en este sentido, resulta
oportuno preparar a los maestros para desplegar protocolos de acción en
caso de desastres, a la vez que sean capaces de organizar estrategias de
apoyo y resiliencia en el entorno social de las escuelas.
En los años venideros la pedagogía ambiental tendrá un papel crucial
y los profesores deberán asumir su rol insustituible de transformadores de
conciencias, mediante una educación para la sustentabilidad que involucre
a los niños y al mismo tiempo a los adultos. Así se justifica un proyecto
amplio de cooperación escuela-sociedad, donde la formación de docentes
representa una de las áreas de oportunidad más relevantes y de mayor
incidencia en la educación socioambiental.
1.1. Antecedentes y experiencias compartidas
Este trabajo alude al desarrollo sustentable desde una visión holística,
más eco-céntrica y menos antropocéntrica, ya que, si bien importa
primordialmente la subsistencia de la humanidad en el planeta, también
se considera esencial el derecho a la existencia de todos los seres vivos
que conforman la enorme biodiversidad terrestre.
En la IX Convención Internacional sobre Medio Ambiente y
Desarrollo: “Urge un cambio trascendental para el futuro que queremos”
(CITMA, PNUD & PNUMA, 2013), se propuso atender la crisis
ambiental bajo el paradigma sostenible; además, se mencionó que para el
año 2030 -en pocos años- la presión hídrica por el incremento de usuarios
del agua será fuerte; la reserva de la biosfera, el microclima, los incendios
forestales y los cambios en la biodiversidad conjuntamente con el ciclo
del agua, sufrirán alteraciones con impacto en la seguridad alimentaria y
el surgimiento de nuevos vectores y riesgos para la salud humana.
Dentro de tal cuestión ética respecto a la vida, la educación de las
generaciones presentes y futuras tendría que basarse más en
intervenciones a favor de la naturaleza. Por consiguiente, las estrategias
de cooperación entre las instituciones educativas y la sociedad, en todos
los países adquieren un estatus de urgencia que ya no es posible postergar.
En cuanto al compromiso a favor de la naturaleza, se ha documentado
un amplio consenso en torno a las expectativas transformadoras de la
educación ambiental, cuyo papel es imprescindible para gestionar el
cambio de valores en la sociedad (Álvarez, 2001; Fuentes, 2008; Súcar,
2011; COEPES, 2013; Peredo, Vázquez & Rodríguez, 2016).
Coincidiendo con lo anterior, en México se pretende actualmente impulsar
proyectos intersectoriales de ciencia para prevenir en salud, alimentación,
agua y ambiente; de igual forma, con los aportes multidisciplinarios de las
ciencias sociales y las humanidades se busca fomentar vocaciones
científicas tempranas, desde la educación básica, a favor del bienestar
social y el cuidado del medioambiente. También se asume la creación de
programas de apropiación social de la ciencia en apego a las necesidades
de la población en materia socioambiental.
Hoy en día muchos foros y publicaciones concentran sus temáticas de
discusión académica en torno al cambio climático y al entorno natural
cada vez más devastado, donde las nuevas generaciones pudieran sufrir
los efectos de catástrofes, incluso bajo la permanente amenaza de un
colapso mundial. En dicho escenario la educación constituye la palanca
impulsora de un cambio de conciencia favorable a la equidad ambiental,
pues como lo anticipa la Carta de la Transdisciplinariedad: “sólo una
inteligencia que dé cuenta de la dimensión planetaria de los conflictos
actuales podrá hacer frente a la complejidad de nuestro mundo y al desafío
contemporáneo de la autodestrucción material y espiritual de nuestra
especie” (Convenio de Arrábida, 1994, p. 1).
Más que nunca está vigente la interdisciplinariedad multisectorial en
los proyectos de cooperación que apliquen la corresponsabilidad y la
participación de los gobiernos, escuelas, empresas y sociedad, ya que los
tiempos actuales se ven superados por problemas cada vez más complejos
y multidimensionales.
Al parecer un amplio conglomerado de la población ignora la
magnitud y trascendencia que atañe al impacto de la crisis ambiental del
presente siglo, tal vez porque no existen los medios idóneos de
divulgación científica para informar oportunamente a la ciudadanía.
El presente trabajo se realizó con el propósito de identificar la
importancia que le otorgan los jóvenes normalistas al cuidado de la
naturaleza como parte del bienestar vinculado al desarrollo humano de la
población, a fin de derivar una propuesta de intervención que se pudiera
implementar en las instituciones formadoras de docentes, considerando el
papel decisivo que juegan los futuros profesores como enlace de
cooperación entre las escuelas y las necesidades más apremiantes de la
sociedad.
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Rodríguez Guzmán, Aguilar Villegas
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2. Materiales y Métodos
En la investigación participaron 332 estudiantes de licenciatura en
Educación de una escuela formadora de docentes localizada en León,
Guanajuato, ciudad que se ubica en la región central del territorio
mexicano. En esta institución se imparten tres opciones formativas de
nivel superior: licenciatura en Educación Primaria, licenciatura en
Educación Preescolar y licenciatura en Educación Especial.
La información se recuperó mediante una encuesta estructurada que
indaga sobre 11 aspectos relativos al desarrollo humano que promueven
el bienestar de la población. En este caso se aportan únicamente los datos
específicos relacionados directamente con el cuidado de la naturaleza y
que fueron ponderados entre las cuatro opciones más importantes desde
la perspectiva de los encuestados.
El carácter anónimo del instrumento solo permitió explorar el género
de los informantes, teniendo como criterio de inclusión la participación
voluntaria de quienes estaban inscritos en alguna de las tres licenciaturas
antes mencionadas para desempeñarse como profesores de educación
básica.
3. Resultados
Del total de las encuestas recuperadas (332): 138 correspondieron a la
licenciatura en Educación Primaria, 132 a la licenciatura en Educación
Preescolar y 62 a la licenciatura en Educación Especial.
En términos porcentuales los estudiantes que señalaron la importancia
de sentirse parte de la naturaleza como un factor de bienestar, en el 14 %
de los casos cursaban la licenciatura en Educación Primaria. De igual
forma, los participantes de la licenciatura en Educación Especial
registraron el 13 % de las elecciones y el porcentaje más bajo (5 %)
correspondió a la licenciatura en Educación Preescolar.
La proporción resultó inferior a la esperada, pues del total de
participantes escasamente un 10 % indicaron entre sus elecciones
principales lo concerniente a sentirse parte de la naturaleza.
De todos los casos, únicamente cuatro estudiantes varones emitieron
respuestas a favor, observándose mayor prevalencia de las mujeres.
4. Discusión
Estos resultados hacen pensar en elementos distintivos de una
percepción ambiental con enfoque de género, a partir de la cual se ha
documentado mayor sensibilidad en las mujeres. En el caso de las
docentes haría falta estudiar más profundamente los móviles de tal
elección, aunque ciertas reflexiones pudieran desprenderse de las
investigaciones ecofeministas que suscitan interrogantes como las
expuestas en la literatura con el propósito de indagar:
¿cuál es la especificidad del lugar desde donde las mujeres
comprenden -en tanto mujeres- la crisis ambiental y aportan una
visión propia para la construcción de una racionalidad
ambiental? ¿Hay alguna afinidad natural de las mujeres con la
naturaleza que legitima sus reivindicaciones sociales y las vuelve
voceras privilegiadas de los derechos de la naturaleza? (Leff,
2013, p. 283).
Ahora bien, la participación mayoritaria de las mujeres en la docencia
del nivel de educación básica, sobre todo en preescolar, pudiera facilitar
el avance hacia niveles más elevados de sensibilidad y compromiso
socioambiental; pero esta tarea es difícil al margen de los planes y
programas nacionales que marcan las rutas formativas en la preparación
del profesorado.
Tal parece que las estrategias de alfabetización ambiental no han
tenido eco suficiente. El hecho de que únicamente 10 % de los estudiantes
de nivel superior consideren importante disfrutar y sentirse parte de la
naturaleza, pudiera significar una prioridad para cualquier institución
formadora de docentes, pues los datos permiten cuestionar qué cambios
curriculares hacen falta y qué acciones específicas competen a la gestión
propia de cada escuela.
Desde hace una década en el contexto educativo guanajuatense se ha
pugnado por la integración curricular de la dimensión ambiental en los
programas de educación superior (Rodríguez y Rodríguez, 2010), a fin de
darle nuevo significado a la educación ambiental como alternativa de
transformación de la sociedad conforme a los principios de autogestión,
pluralidad, equidad y sustentabilidad. En ese tenor, los graves problemas
del ambiente lo serán reconocidos como amenazas reales cuando
lleguen a formar parte de la conciencia colectiva y, por tanto, la educación
sea percibida como algo vital para inducir la toma de conciencia a través
de la interiorización de una nueva escala de valores y actitudes.
En dicho escenario las instituciones formadoras de docentes pudieran
marcar una diferencia significativa, pues profesores y estudiantes
normalistas no sólo son consumidores pasivos de la ciencia generada en
otros espacios y disciplinas, sino creadores y recreadores de nuevos
conocimientos pedagógicos que se van generando de manera cotidiana en
las aulas y que constituyen semilleros de innovación. Tal aseveración
permite devolver a los normalistas el estatus científico que les
corresponde como divulgadores de la ciencia y experimentadores de
conocimientos didáctico-pedagógicos en continua transformación.
La educación ambiental para la sustentabilidad es un área emergente
que debe legitimarse en el campo de la educación en general (Batllori,
2008). No obstante, las lecturas reflexivas de las tendencias que se
vislumbran (Rodríguez & Rodríguez, 2010; Súcar, 2011; Vázquez &
Terazona, 2017), justifican de manera urgente la pertinencia de adoptar
estrategias intensivas de concientización ambiental en todos los ámbitos
de la educación formal y no formal, incluso con mayor preponderancia en
los planes de estudio que forman a los futuros docentes.
Las escuelas normales pudieran diseñar espacios de convergencia
curricular para revertir la tendencia observada, y preparar educadores
ambientales expertos y dispuestos a promover el cambio socioambiental
en sus escuelas y comunidades más próximas. La meta en este caso sería
que la totalidad de los futuros maestros (no sólo el 10 %), egresen con el
perfil competente para generar interés, conocimiento y disposición, es
decir, sumarse a la solución de los grandes desafíos del entorno.
Desde la mirada de Leff (2009), la socialización ambiental implica un
proceso intersubjetivo mediante debates y diálogo de saberes, con una
polifonía de voces y sentidos de todos los involucrados. Esto hace pensar
en el abordaje de las cuestiones ambientales a partir de una planeación
curricular eminentemente participativa, abierta y dialógica.
Los rumbos que asumirá el nuevo currículo para la formación inicial
de docentes mexicanos todavía no esdel todo definido, por tanto, un
abanico de posibilidades pudiera ser considerado en los nuevos planes y
programas de estudio, que se supone traerán consigo un cambio de
paradigma en la preparación del magisterio, con énfasis especial en una
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pedagogía crítica que promueva en el imaginario de los profesores el
pensamiento de la complejidad ambiental, reflexiva y emergente.
Al sistema educativo mexicano le corresponde difundir el
conocimiento e impulsar la búsqueda de soluciones, por tanto, hace falta
preparar a los futuros docentes con un elevado nivel de conciencia
ambiental y la Secretaría de Educación Pública (SEP) debe coordinar la
inclusión de las cuestiones socioambientales como campo prioritario en
los cambios curriculares de los planes de actualización, educación
continua y formación inicial de docentes, que se implementarán a nivel
nacional en los próximos ciclos escolares.
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